Pese a la orden emitida por el máximo tribunal de la ONU, el gobierno israelí rechazó las acusaciones y aseguró que continuará con las operaciones militares.
Como se sabe, este viernes la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó a Israel a cesar en su operación militar en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza. "Israel debe detener inmediatamente su ofensiva militar", indicó el presidente del tribunal, Nawaf Salam.
El gobierno israelí “detendrá inmediatamente su ofensiva militar y cualquier otra acción en la gobernación de Rafah, que pueda infligir al grupo palestino en Gaza condiciones de vida que podrían provocar su destrucción física total o parcial", afirmó Salam.
Sin embargo, la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu rechazó las acusaciones presentadas por Sudáfrica, consistentes en que Israel está llevando a cabo un genocidio en Gaza, que motivaron la resolución del máximo tribunal de las Naciones Unidas.
Para el gobierno israelí, las acusaciones son "falsas, escandalosas y moralmente repugnantes", ya que "Israel está actuando sobre la base de su derecho a defender su territorio y a sus ciudadanos, en consonancia con sus valores morales y de conformidad con el derecho internacional", sostiene el comunicado oficial de la oficina del premier de Israel.
Según esa declaración, las operaciones en Rafah no se desarrollan de forma que "puedan infligir a la población civil palestina de Gaza condiciones de vida que puedan provocar su destrucción física total o parcial".
En tanto, el ministro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, consideró que Israel emprendió una "campaña justa y necesaria" tras el ataque del 7 de octubre ejecutado por la organización Hamas, y aseguró que seguirá adelante con las operaciones militares pese a la sentencia.
"El Estado de Israel se compromete a seguir luchando para devolver a sus rehenes y prometer la seguridad de sus ciudadanos, donde y cuando sea necesario, incluso en Rafah", aseguró.
